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El drenaje linfático consiste en realizar al paciente un masaje lento y repetitivo, con una dirección determinada, siguiendo la dirección de los vasos linfáticos. Los vasos linfáticos están dentro del sistema linfático, el cual es un conjunto de vasos sanguíneos que van de forma paralela a los vasos sanguíneos y que transportan un líquido compuesto por proteínas y agua que han pasado por el torrente sanguíneo. Por lo tanto el drenaje linfático está recomendado en los casos en los que el sistema linfático se congestiona y es necesario mejorar el flujo y favorecer la eliminación de toxinas.
Por lo tanto el drenaje linfático tiene dos funciones, en primer lugar la depuración del cuerpo al eliminar del organismo las toxinas y sustancias de deshecho y por otra parte también se encarga de proporcionar protección al modular la respuesta del sistema inmunitario frente a diferentes bacterias, virus y otras sustancias extrañas que pueden llegar al interior del organismo.
¿Cuáles son los beneficios del drenaje linfático?
Los principales beneficios del drenaje linfático son la de ayudar a reabsorber diferentes líquidos, tiene una acción sedante contra el dolor, reduce la inflamación de diferentes partes del cuerpo, contribuye a mejorar las defensas del organismo y produce un efecto de relajación en el paciente. Por otra parte el drenaje linfático también es beneficioso para la piel, ya que ayude a que la sangre circule mejor y hace que no aparezcan bolsas ni arrugas.
El drenaje linfático también se usa en los procesos postoperatorios de intervenciones, principalmente de cirugía estética, ya que contribuye a acelerar la curación de los tejidos, evita que se produzcan edemas y reduce la inflamación y el dolor. Además también aumenta la calidad de la cicatriz.
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